Juegos Cooperativos, donde todos ganan
Todos estamos habituados a jugar juegos de mesa competitivos, donde la meta es derrotar al otro jugador sin darle chance alguna, en base a nuestras estrategias. Pero desde hace algún tiempo, los juegos de mesa cooperativos son ideales para familias, dándole otro sentido a la idea de jugar.
Normalmente en los juegos alguien tiene que ganar, y a veces es nuestra primera experiencia de juego pasa a ser el vencer a otra persona en algún ámbito. Pero por suerte, eso ya no es todo lo que ofrecen los juegos, sino que también podrás encontrar títulos donde colaborar es clave para conseguir una victoria, en conjunto. Es así como nace el concepto de juego cooperativo.
Los juegos cooperativos son aquellos donde los jugadores colaboran para ganar una partida contra alguien o algo. La principal idea es que el juego genere un sistema de condiciones o desafíos que los jugadores, en su conjunto, puedan resolver y donde el oponente del grupo no sea necesariamente otro jugador, sino situaciones de juego.
Muchas veces pensamos que un juego de equipos es un juego cooperativo, pero la verdad es que los juegos en equipos son una subcategoría de los juegos cooperativos. Entendemos un juego en equipos como dos bandos que se enfrentan entre sí, tal como ocurre en el fútbol, policías y ladrones o cualquier otro deporte y/o juego donde se divida a los jugadores en dos o más grupos.
Curiosamente, los primeros juegos de mesa colaborativos comenzaron a crearse entre los años 70 y 80. Muchos juegos fueron productos no masivamente comercializados, pero que tenían como propósito dar a entender a las personas cómo crear una estrategia de equipo. Sin ir más lejos, Mountaineering (1973) es un juego de alpinismo donde cada persona interpreta el rol de un equipo de alpinismo que se ayuda entre si contra los problemas que la montaña presenta, colaborando usando cartas con efectos para superar la adversidad.
Otro juego que comienza a experimentar con la idea de lo semi-cooperativo, es Fuga de Colditz (1973), el cual inserta a los jugadores en el escape de una prisión nazi, y donde uno de ellos deberá capturar al resto que trata de escapar. Un juego basado en un hecho real y que en sus años tuvo una gran acogida en toda Europa
Entrando en la década del 80, ya tenemos los primeros juegos de equipos, especialmente de carácter “un jugador contra todos”, que es el caso de Scotland Yard, ganador del juego del año 1983 (Spiel des Jahres) o bien, el juego Inkognito (1988), donde los jugadores tratarán de encontrar a su pareja secreta mediante señas y el uso de la lógica.
Lentamente la industria comenzó a experimentar respecto a modalidades de juego en equipos o cooperativas en su totalidad; en el año 2000, un buen ejemplo de juego cooperativo, que por lo demás fue muy popular es El Señor de los Anillos de Reiner Knizia. De hecho, en esos años se estrenaban las películas basadas en los libros de Tolkien, y al mismo tiempo, la industria editaba un juego con buena temática y de carácter cooperativo, reflejando la idea de la novela. En síntesis, un seguro hit del momento.
Pero dejando la historia de lado, los juegos cooperativos se han convertido en títulos de carácter familiar y para grupos de juego recurrentes, ya que su ideal es crear un ambiente de mayor colaboración y menor confrontación, promoviendo habilidades como el trabajo en equipo, la comunicación, liderazgo y desarrollo del pensamiento estratégico, pues todos los jugadores están enfocados en ocupar sus habilidades e ingenio en conjunto para ganarle al tablero.
Normalmente un juego de mesa cooperativo es difícil de ganar, ya que debe representar un desafío mayor a un juego de mesa tradicional. De este modo, sea jugado reiteradas veces y ponga a prueba a las personas; es por ello que es más que habitual perder un par de partidas antes de ganar una. Cada juego posee un sistema o condiciones para ganar y/o perder la partida, al mismo tiempo que consta de un sistema de cartas (u otro objeto) de evento que perjudican a los jugadores, o incluso situaciones de juego que perjudican a un jugador en particular.
Los clásicos juegos de mesa cooperativos son aquellos que se pueden jugar constantemente, por sus dificultades que salen al azar o bien, existe un formato de juego que va generando dificultades gradualmente, de menos a más, para hacerlo más complejo a medida que avanza la partida. En el caso de juegos de mesa cooperativos para niños, podemos considerar: La Isla Prohibida, Leo, Fast Food Fear o Pictomanía. Y si hablamos de juegos para adolescentes o adultos: El Señor de los Anillos, Rescate, El Gran Libro de la Locura o Las Montañas de la Locura.
Existen juegos como Las Leyendas de Andor que están pensados para crear campañas de juego, vale decir, que existe una ruta definida de dificultades que constituyen aventuras o eventos que se deben sortear de manera lineal y no al azar. Un juego de mesa cooperativo que posee campañas es ideal para grupos de jugadores que se reúnen frecuentemente, ya que pueden completar todas las historias o campañas como equipo. Otro buen ejemplo de estos juegos es Sword & Sorcery, el cual es mucho más completo, pues posee miniaturas y distintas expansiones para nuevas historias, nuevos personajes, mapas y elementos de juego.
Otra clasificación que mencionamos antes, son juegos de mesa cooperativos en equipos, lo cual enfrenta a los jugadores entre sí, pero en bandos, lo cual tiene otra lógica de uso para el juego cooperativo convencional. Buenos ejemplos de estos juegos son Código Secreto, La Resistencia, Trapwords o el antes mencionado Inkognito. Y también en la modalidad “un jugador contra todos”, Sombra sobre Londres, La Búsqueda del Anillo o Fuga de Colditz.
Para finalizar, existen algunos juegos cooperativos que simulan un Escape Room, y que solo se pueden jugar una vez, ya que es la resolución de un misterio mediante la lógica, y que al resolverse no tiene mucho sentido jugarlo otra vez. Su principal exponente es el mundialmente reconocido Exit. Exit es una saga de numerosos juegos (independientes entre sí), que entregan una experiencia muy inmersiva, ya que sus partidas son largas y para muchos jugadores, donde es necesario resolver todo tipo de desafíos ocupando únicamente los elementos que brinda el juego, tal como lo harías en un Escape Room.
Como podrás notar, los juegos de mesa cooperativos brindan una experiencia única frente a juegos de carácter confrontacional, y pueden ser una buena opción para actividades familiares o para generar un grupo de juego continuo, pero lo más importante es que existe una variedad de temáticas y propuestas de experiencia muy diversa, para que de esta forma puedas encontrar la ideal para ti y tu grupo de juego.